lunes, 23 de julio de 2012

fotografía desde el interior del túnel...

«El túnel oculto de; El Rompido»

«Según cuenta la leyenda, donde hoy se ubica el faro pequeño había un montículo no muy grande de piedras. En lo más alto de este montículo, se encendía todas las noches una hoguera para alumbrar a los barcos. Por el día se hacían señales de humo con la misma labor. Dependiendo de qué tipo de señales fueran, también podrían servir para advertir de un posible ataque. Este servicio lo realizaba un hombre contratado por los Marqueses para la vigilancia y mayor seguridad de los habitantes de la Villa. Posteriormente se mandaría construir un torreón en la fortaleza de San Miguel para cumplir con esta labor, siendo este punto de más altura y estando vinculado a la línea defensiva de la costa, que la realizaban las torres almenaras. Por debajo de este montículo se encontraba la Barranca, y con el paso del tiempo, justo al nivel del río se ubicaron unos chozos de simples materiales. Detrás de uno de esos chozos, concretamente el chozo de Maneli "El Portugués", se encontraba la entrada de piedras a una gruta que llegaba hasta el castillo de San Miguel. Los niños y adultos no eran capaces de introducirse más de dos metros en sus entrañas, pues una serie de gemidos y lamentaciones hacían de aquel siniestro y lúgubre orificio, la entrada a la misma boca de satanás. Aunque muchos de los marineros, condicionados por la humildad de sus hogares intentaron introducirse para apoderarse de los tesoros que aguardaban en el vientre de la cueva, no eran capaces y fracasaban en sus intentos»





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