Os adelanto varias páginas de la novela... como siempre, ambientado en mi tierra natal, El Rompido. (Cartaya)
.......Tras una gélida y desapacible noche, con el rocío de la mañana impregnado en sus rostros, partieron
dirección suroeste. Intuían que durante el trayecto de las sesenta y cinco
leguas castellanas que les separaban, se enfrentarían a numerosos infortunios.
Habían sido varios los pasquines fijados en la plaza principal de Navas de
Tolosa en los últimos meses. En ellos se podía leer satíricamente, que vasallos
hartos de sufrir el yugo de la nobleza, se habían instalado cerca de los
caminos reales entre los bosques y las serranías y estaban ejerciendo la
delincuencia. Algunos pensaban que los pasquines eran avisos para los hombres
de bien que necesitaran cruzar estos caminos, otros que habían sido colocados
por el mismo populacho como protesta contra la clase noble y sus abusos. Fuera
cierto o no, el único sustento que tendrían sería la recolecta de frutos
silvestres, la caza furtiva o el robo a peregrinos y diligencias, de ahí la
preocupación general del de la pequeña aldea. Pero el único pensamiento de
Pelayo y su hermano era huir de esa infeliz vida que llevaban. Era más cruel y
opresor el trato de esclavitud que recibían por parte de los nobles, que
enfrentarse a otros vasallos que como ellos, habían huido por la misma razón. Después
de seis duras jornadas llegaron al señorío de Gibraleón. Un paisaje donde la
controversia era inimaginable. Áridas y bastas superficies de desolado terreno se
fusionaban con frondosos bosques de pino y otros terrenos de árboles frutales y
plantaciones de almendro. Solamente un par de adversidades habían interrumpido
la monotonía de las caminatas de Pelayo y Sancho......